Por Alicia Smith, estrategx de comunicaciones y multimedia, comunicaciones
La traductora: Neydin Milián
Nota: La persona que escribió este blog es una persona de género no binario, por lo que usará la letra "x" para crear palabras de género neutro.
Siempre debemos recordarnos que el mes del Orgullo LGBTQ+ comenzó con un motín. Antes de las grandes carrozas y la pintura facial de arcoíris, el mes del Orgullo LGBTQ+ fue para la liberación y la igualdad. Cada ladrillo arrojado, cada incendio iniciado, cada vida perdida, era un reclamo de humanidad y justicia. E incluso con cada derecho ganado, cada cambio implementado, el Orgullo LGBTQ+ todavía sirve como un recordatorio de lucha y perseverancia.
Comencé este Mes del Orgullo con un sentido renovado de esperanza y paz y, lamentablemente, lo estoy terminando con miedo y rabia.
Ahora que el mes de junio está terminando, simplemente no podemos ignorar el cambio de energía durante la última semana. Comencé este Mes del Orgullo con un sentido renovado de esperanza y paz y, lamentablemente, lo estoy terminando con miedo y rabia. La revocación de Roe v. Wade fue una gran traición a la democracia de este país, y solo podemos prepararnos para lo que podría venir a continuación. Algunos días parece que estamos más cerca de la destrucción que de la reconciliación, pero durante estos tiempos debemos pensar en aquellos que nos precedieron.
El verano del año 1969 se siente terriblemente similar a la era que vivimos actualmente. El Motín de Stonewall o lo que se entiende mejor como el Levantamiento de Stonewall, comenzó en la madrugada del 28 de junio de 1969, cuando la policía de la ciudad de Nueva York allanaron el Stonewall Inn, un club gay en Christopher Street en Greenwich Village.
La redada provocó una rebelión entre los clientes del bar y los residentes del vecindario cuando la policía sacó bruscamente a los empleados y clientes del bar, lo que provocó seis días de protestas y enfrentamientos violentos con la policía en todo el vecindario. Debido al estatus ilegal del sexo queer y las relaciones queer en ese momento, estas redadas eran comunes en toda la ciudad porque los bares gay a menudo eran los únicos espacios donde las personas LGBTQ+ se sentían seguras y bienvenidas.
El Levantamiento de Stonewall y héroes queer como Marsha P. Johnson y Sylvia Rivera iniciaron el movimiento por los derechos LGBTQ+ y cambiaron el curso de la historia para siempre. Y aquí estamos en el verano de 2022 y potencialmente podría cambiar nuevamente. Podría retroceder.
La anulación oficial de Roe vs Wade sienta un precedente peligroso para que la Corte Suprema de los Estados Unidos anule otros casos históricos de derechos civiles. En su opinión concurrente oficial, el juez Clarence Thomas expresó claramente su interés en anular las decisiones en Griswold v. Connecticut, Lawrence v. Texas y Obergefell v. Hodges. Si se permiten estos contratiempos, podríamos perder el acceso a los anticonceptivos y el sexo queer y el matrimonio queer podrían prohibirse. El concepto por sí solo es escandaloso y francamente, lo opuesto al progreso. El propósito previsto del tribunal supremo en la tierra (indígena y robada) es promover la justicia, no atacar a las comunidades que han sido oprimidas durante generaciones e implementar la injusticia basada en prejuicios e intolerancia.
Como alguien que se identifica como una persona negra, queer y de género no binario, estos tiempos no solo son difíciles sino absolutamente devastadores. Pensar que mi propia existencia podría ser tratada como un crimen no es algo que jamás pensé que tendría que enfrentar personalmente en mi vida. Claro, ser queer no siempre es fácil. Pero como millennial, al menos tenía la impresión de que estaba creciendo en la era del cambio progresivo, una época en la que realmente no importaba quién eras, cómo te veías o a quién amabas. Sé que puede sonar absurdamente optimista, pero cuando haces este trabajo, debes tener al menos una pizca de esperanza.
Ahora, no estoy tan segurx de qué pensar: ¿esperar, soñar, llorar, rendirme? Todo lo que siempre quise fue ser padre de género no binario, construir una vida con una persona amorosa y formar una familia con esa persona. Ahora, por varias razones, ni siquiera estoy segurx si esa será una posibilidad para mi futuro. Nadie debería tener miedo de decirle a la persona que ama que lo ama porque tiene miedo de ser acosado o atacado, pero esa es la realidad en la que algún día podríamos existir. Si eso no te aterroriza, entonces no tengo palabras para ti o al menos no tengo palabras amables.
Más de 50 años después del Levantamiento de Stonewall, y a seis meses del 50.° aniversario de la sentencia Roe v. Wade, actualmente anulada, ahora podemos ver cómo cambian los tiempos, llevándonos de vuelta al pasado. Los primeros sonidos de libertad y liberación LGBTQ+ fueron cientos de personas queer gritando y cantando "¡fuera del clóset y salgan a la calle!" Décadas después, el pueblo ha vuelto a las calles desesperado y decidido a no volver a una vida de persecución y clandestinidad. El núcleo de ser queer es la revolución radical: existir con orgullo independientemente del odio de los demás o del statu quo.
El orgullo es mostrarse y ser aceptadx exactamente por lo que somos.
No salí del clóset como una persona de género no binario solo para avergonzarme. No era valiente solo para estar aterrorizadx de nuevo. Y hablo por todos nosotrxs cuando digo que no estoy orgullosx solo de que me digan que no soy perfectx y maravillosx tal como soy. El orgullo es la celebración de esa autenticidad. El orgullo es mostrarse y ser aceptadx exactamente por lo que somos. No podemos permitir que algo tan puro y vital sea arrancado sin verdadera resistencia.
Si bien la historia queer es mucho más que sus penas, cada batalla ha sido fundamental en la lucha por la verdadera igualdad. Desde el nacimiento del movimiento de liberación gay hasta la crisis del SIDA, “No pregunte. No diga”, la terapia de conversión, el matrimonio igualitario y los derechos de las personas transgénero: por cada "no" agresivo, hemos creado un "sí" aún más fuerte y sólido. Para cada espacio no deseado, creamos puertos seguros. Por cada abandono, buscamos refugio en familia encontrada. Y por cada rechazo, pavimentamos nuestra propia redirección.
Entonces, a medida que avanzamos hacia julio y el resto del año con dudas y ansiedad, debemos recordar que, de hecho, somos nosotrxs quienes decidimos nuestro futuro. Lo hemos hecho tantas veces antes y lo haremos de nuevo. El orgullo no es solo un mes o un desfile o un movimiento, es una mentalidad.